Recientes acontecimientos llevan a darnos cuenta de que este no es otro año más en los sucesivos homenajes a la resistencia comunera en Toledo. Hay razones para pensar que estamos viviendo un momento, una época, decisiva en la historia del pueblo castellano y clave en su avance hacia la conquista de sus derechos y libertades.
Madrid, Gamonal, Valladolid, Alcorcón... han sido los escenarios más actuales donde se ha puesto de manifiesto que, aquella llama comunera que dio su vida por la justicia y la igualdad, sigue viva, y más candente ahora que nunca desde entonces. Los enfrentamientos entre la población por defender su dignidad, y el Régimen, a través de las fuerzas represoras de seguridad, por mantener a toda costa su posición de dominio, dejan ver el tablero actual. A un lado la resistencia popular, de la juventud sin futuro y de las madres que pelean junto a sus hijas/os, de los/las trabajadores/as sin empleo, de las mujeres sin opción a decidir sobre sus cuerpos, de las/los vecinas/os que defienden los servicios públicos, de los mayores sin atención social... Y al otro lado del tablero nos encontramos a Ellos, a los ladrones de bienes públicos, a los Borbones con su ausencia total de legitimidad, a los sucesivos ayuntamientos del PP que viven para los intereses de sus círculos de corrupción y no para los barrios, a la destrucción de los recursos naturales, a Ley de Seguridad Ciudadana, a la Reforma del Aborto, a una Iglesia Católica recalcitrante, al fascismo amparado por las leyes... Nadie puede negar la existencia de un auténtico conflicto donde la población planta cara, y dice basta, al Régimen del 78 y su progresiva regresión hacia el callejón de la miseria y la españolización.
Por eso estamos aquí hoy, para recordar que nuestro pueblo sigue vivo, que la unidad popular frente a esta dictadura encubierta es cada día más fuerte y sólida. Una unidad popular desde Castilla y con el resto de pueblos del Estado. Porque no hay otra forma de acabar con esta dominación que no sea la de la suma de las fuerzas rupturistas que apostamos por la justicia social y la libertad, de los pueblos para decidir su futuro, y de los individuos en su voluntad de ser dueños/as de sí mismos.
Hoy más que nunca reivindicamos la soberanía sobre nuestros cuerpos y nuestro derecho a decidir como mujeres, y hoy más que nunca la figura de María Pacheco sigue viva, en cada una de las mujeres que luchan contra este nuevo modelo que quieren imponernos de ser y estar. Un nuevo modelo, muy viejo y conocido, el modelo de la sumisión, el de la explotación, la falta de soberanía, el de la violencia sobre nuestros cuerpos por el hecho de ser mujeres.
Todas las reformas estructurales que se están llevando a cabo tienen un mensaje para las mujeres, y tienen una especial incidencia debida al patriarcado sobre nosotras. Pero nosotras también tenemos un mensaje para todos aquellos que quieren doblegarnos, las comuneras del siglo XXI como las de antaño no nos rendiremos y lucharemos sin abandonar nuestros principios, porque la lucha por la emancipación de las mujeres es tan justa como la de la soberanía del pueblo castellano y la del pueblo trabajador.
La lucha del pueblo castellano se ha llevado a cabo con mujeres y así es como debe seguir siendo, por el potencial revolucionario, porque tenemos mucho que decir, porque los nuevos modelos de relación basados en el respeto y en el cuidado mutuo debemos construirlos juntas/os
No dejaremos que nos sigan humillando, que nos repriman, que nos condenen a ser madres obligatoriamente, que pongan en peligro nuestros cuerpos y nuestras vidas o nos conduzcan a la muerte. Nuestros cuerpos son nuestros y no dejaremos que ni la iglesia, ni concepciones patriarcales sigan decidiendo por nosotras.
Como María Pacheco junto a otras muchas mujeres rebeldes y comuneras que trataron de ser borradas de la historia, seguiremos luchando, sin dar pasos atrás, recuperando nuestra historia como pueblo y construyendo nuestro futuro.
VIVA MARÍA PACHECO
VIVA LA RESISTENCIA COMUNERA
VIVA CASTILLA LIBRE, COMUNERA Y FEMINISTA
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