El Consejo de Ministros de hoy ha decidido instalar en la localidad conquense de Villar de Cañas el cementerio de residuos nucleares, conocido por el nombre de A.T.C. (almacén temporal centralizado de residuos radiactivos).
Lo que realmente se va a ubicar en Villar de Cañas, si la lucha popular no lo impide, es un almacén de residuos nucleares de media y alta radiación, al que irán a parar todos los residuos de las diversas centrales nucleares del Estado Español, los residuos de origen español almacenados en Francia y probablemente los provenientes de otros países europeos.
El carácter de ''temporalidad'', es simplemente una falsedad. No se invierten cientos de millones de euros, dicen que hasta setecientos, para construir un almacén de carácter provisional. Obviamente el ATC va a tener un carácter indefinido.
Los riesgos de la energía nuclear han quedado en evidencia en numerosas ocasiones a lo largo de estos años y se han puesto de manifiesto de una forma especialmente trágica hace muy pocos meses en Fukushima. Las consecuencias de ese gravísimo accidente, desde todos los puntos de vista, económicos, ecológicos, sociales, para la salud pública..., están aún sin evaluar pero parece obvio que son de un carácter tan grave como para que se dé por finalizada cualquier aventura de avance en la nuclearización.
El gobierno alemán así lo entendió, decidiendo no sólo paralizar cualquier nuevo proyecto nuclear, si no poniendo en marcha un programa de desmantelamiento de las centrales nucleares actualmente en funcionamiento.
El gobierno español, en este caso del PP, como es habitual, recoge lo peor de cada sitio y parece que están decididos a dar un impulso a la energía nuclear en este Estado.
Además del impulso a la construcción de la ATC, están filtrando la posibilidad de que la central de Garoña siga en funcionamiento más allá del año 2013, en el que estaba previsto su paralización.
A pesar de que Castilla es un país excedentario en producción de energía ha sido siempre un lugar preferido por parte del Estado Español para la ubicación de infraestructuras relacionadas con la industria nuclear, ahora nos toca el cementerio de residuos nucleares.
La decisión de el gobierno del PP nos parece un gravísimo atentado a Castilla, a su territorio y a sus gentes. Desde el movimiento comunero haremos todo lo que esté en nuestras manos para impedir que el ATC se construya en esta tierra.
Castilla a 30 de diciembre de 2011
IZQUIERDA CASTELLANA
Lo que realmente se va a ubicar en Villar de Cañas, si la lucha popular no lo impide, es un almacén de residuos nucleares de media y alta radiación, al que irán a parar todos los residuos de las diversas centrales nucleares del Estado Español, los residuos de origen español almacenados en Francia y probablemente los provenientes de otros países europeos.
El carácter de ''temporalidad'', es simplemente una falsedad. No se invierten cientos de millones de euros, dicen que hasta setecientos, para construir un almacén de carácter provisional. Obviamente el ATC va a tener un carácter indefinido.
Los riesgos de la energía nuclear han quedado en evidencia en numerosas ocasiones a lo largo de estos años y se han puesto de manifiesto de una forma especialmente trágica hace muy pocos meses en Fukushima. Las consecuencias de ese gravísimo accidente, desde todos los puntos de vista, económicos, ecológicos, sociales, para la salud pública..., están aún sin evaluar pero parece obvio que son de un carácter tan grave como para que se dé por finalizada cualquier aventura de avance en la nuclearización.
El gobierno alemán así lo entendió, decidiendo no sólo paralizar cualquier nuevo proyecto nuclear, si no poniendo en marcha un programa de desmantelamiento de las centrales nucleares actualmente en funcionamiento.
El gobierno español, en este caso del PP, como es habitual, recoge lo peor de cada sitio y parece que están decididos a dar un impulso a la energía nuclear en este Estado.
Además del impulso a la construcción de la ATC, están filtrando la posibilidad de que la central de Garoña siga en funcionamiento más allá del año 2013, en el que estaba previsto su paralización.
A pesar de que Castilla es un país excedentario en producción de energía ha sido siempre un lugar preferido por parte del Estado Español para la ubicación de infraestructuras relacionadas con la industria nuclear, ahora nos toca el cementerio de residuos nucleares.
La decisión de el gobierno del PP nos parece un gravísimo atentado a Castilla, a su territorio y a sus gentes. Desde el movimiento comunero haremos todo lo que esté en nuestras manos para impedir que el ATC se construya en esta tierra.
Castilla a 30 de diciembre de 2011
IZQUIERDA CASTELLANA
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